Hay lugares que tienen sentido por lo que se construye en ellos cada día, con paciencia, con dedicación, lugares casi sagrados pero mundanos, que significan algo por la tranquilidad que los envuelve, que los hace SER… todos tenemos un lugar por el que pasamos todos los días y nos da cierta certeza; pero todo tiene una amenaza que pende sobre ellos, hay un grupo “inocente” que no se le puede tocar, que pueden hacer lo que sea, pero no, el WARpig demuestra que no es así, que no está bien y que los monstruos vienen en diferentes edades.
¿Qué lleva a una persona a matar o herir a desconocidos? ¿La venganza... o el exceso de egoísmo? El Warpig reflexiona acerca de la clase de sociedad en que nos estamos convirtiendo, a la luz de los atentados en Francia, las reacciones del mundo (y los comentarios despectivos en redes sociales).
Mucho se ha hablado de Uber, pero resulta que algunos de sus choferes ya están empezando a aplicar 'el ingenio nacional' para sacarle más dinero a los pasajeros. En este podcast, el Warpig identifica varias de esas tranzas y cómo evitarlas... y un tip: la ruta más corta no siempre es la más rápida.
Sí, hacer un podcast no es sencillo, mucho menos cuando no tienes una buena idea y se va acabando el tiempo para entregar... y así es un día en la vida de un podcast del Warpig.
Hay días inolvidables... porque un maldito bicho microscópico convierte tu vida en un pequeño infierno. Así le fue al Warpig cuando un malestar estomacal le pagó con todo...
¿Te has detenido a pensar si tus acciones son honorables o no? ¿Cuántas veces has sido víctima de la gandallez o, simplemente, de la estupidez? El Warpig reflexiona sobre eso a partir de una de las grandes canciones de la historia del rock.
Siempre nos andan recomendando que hagamos todo con medida... pero por una extraña razón está bien que nos volvamos locos por el futbol. El Warpig habla de esa obsesión por transformar a un simple deporte en parte del honor nacional (y todo lo que perdemos por eso).
Esta vida es una carrera de hámsters: no dejamos de movernos, pero sin ir a ningún lado. El Warpig tiene uno de los mejores ejemplos: le tren de vida de la supuesta clase media, que vive entre deudas y miedos en la desesperación por sentirse ricos... aunque sea en Las Vegas.
¡Ah, la magia de la radio... que se convierte en pesadilla cuando la voz se convierte en persona! Y, como bien explica el Warpig, el encanto no sólo se rompe con el locutor, sino con los propios radioescuchas. Eso sí, a veces sí se antoja echarse un pozole con ellos (como haces con tu familia y amigos).
El terremoto del 19 de septiembre 1985 nos quitó la inocencia: dejó en miles de personas la certeza de que, cualquier día de estos, la ciudad nos devoraría otra vez. Warpig recuerda esas horas: la sorpresa, la incertidumbre, el miedo y, al final, la certeza de que no podemos permitir que esta tragedia sea olvidada.
La radio no muere, por más que pasen los años y la tecnología: su magia, la cercanía con el radioescucha, la relación personalísima e íntima: esas vibraciones atraparon al Warpig y le enseñaron cuál debía ser su camino.¿Y a ti? ¿Cuál programa te cambió la vida?
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