# 18 SE RESPONSABLE DE TU FELICIDAD

Es un hecho que los temores son generados desde nuestro interior y nosotros mismos nos anticipamos al futuro y nos provocamos ansiedad.
Distinguir entre el mundo exterior e interior nos ayuda a comprender que podemos decidir ir por aquello que es más positivo de nuestro entorno y hacerlo todo más agradable. Incluso incrementando nuestro contacto con la naturaleza, empezando por nuestro cuerpo.
Y al interior ir detectando, con mayor claridad, los recuerdos y pensamientos o imágenes que nos asustan, para eliminarlos. Y tratar de quedarnos con lo mejor de los dos mundos.
Es un acto de libertad, que hay que practicarlo de una forma constante y así disfrutar más de lo que somos capaces de crear y dejar de vivir como víctimas del mundo en el que vivimos.

Somos capaces de construir nuestros propios fantasmas y crear espectros que nos asustan, sólo a base de nuestra imaginación, suposiciónes y creencias.
Pará cultivar la felicidade necesitamos saber distinguir muy bien lo que es peligroso, dañino y tóxico de la realidad, de aquello que es meramente fantasía.
Vivir de un miedo constante inducido en nuestra propiamente mente, nos impide ser felices.

En el misterio de la intervención de Dios en nuestras vidas, se encuentra la realidad de nuestra propuesta. No sabemos ni cuando, ni cómo interviene, se lo puedes pedir, ofrecer y cómo tu lo creas. Pero lo que sí es muy importante es que asumas la plena responsabilidad de no temerle, sino amarlo y con ello cumplir, firmemente, con vivir acorde a su voluntad, plasmada en ser personas de bien, con una práctica constante de la caridad y la generosidad, y en todo momento hacer el bien y nunca causar daño ni a ti ni a los demás. Aspirar a ser sabios, justos y plenamente consciente de ser responsables de salir de nuestros sufrimientos y de construir nuestra felicidad de una manera más clara e inteligente.

Muy importante es ser humildes, y ponernos en manos de Dios, y al mismo tiempo asumir nuestra responsabilidad y poner nuestro mayor esfuerzo y no esperar que la felicidad llegue de parte de El, algún día, sino que le ofrezcamos nuestro mayor esfuerzo en entregarle los frutos de lo que estamos realizando en nuestras vidas. Se agradecido con lo que tienes y pide lo justo lo estrictamente necesario y primero piensa en los demás, antes que en ti al pedirle algo, así verás lo mucho que tienes, al tomar conciencia de todo lo que no tienen las personas que mas sufren. Trata de gozar lo mucho que tienes y recuerda que hoy puedes sembrar mejores semillas, que cosecharas en un futuro.

Sin miedo a Dios, y si con amor a El y a la vida, pero sin dejar de asumir que el sufrimiento y falta de felicidad actual es consecuencia de lo que hice en el pasado. Yo mismo sembré esas semillas y he cosechado sus frutos, no soy ni víctima ni hay alguien culpable de lo que me sucede. Soy el responsable y basta. Al aceptarlo entonces voy a poder sembrar nuevas semillas ya con una nueva conciencia y madurez. Entonces podré continuar con mi camino y seguir construyendo mi felicidad.

Es un hecho que cada quien tiene sus propias creencias y explicaciones sobre la vida y la muerte, de igual manera sobre los motivos y razones del por qué sufrimos y estamos en problemas y dejamos de ser felices, pero también cada quien podemos hacernos más responsables de lo que nos sucede y poner todo nuestro esfuerzo y empeño por salir adelante de nuestras dificultades. Si tienes fe en Dios te pones en sus manos, pero sin dejar de luchar y poner todos los recursos que tienes para resolver tu situación. Más que sólo pedir, ofrece tu esfuerzo. Ten más confianza en ti, cree también en tus propias capacidades y eleva tu autoestima. El finalmente nos dará su mano.

Realmente no conocemos a la divinidad y por ello hay que cuidar que nuestra imaginación no nos conduzca a atribuirle características que nomas acaban siendo suposiciones. Seamos más responsables de alcanzar nuestra beatitud sin estar esperando, premios o castigos divinos.

Sigamos las reflexiones de este filósofo helénico que fundó su escuela, El Jardín, en Atenas en los años 306 a.d.c. Enseñaba que la filosofía debe ser un remedio práctico a nuestras preocupaciones y tensiones cotidianas. Particularmente a vencer nuestros miedos y hacer nuestra vida más simple y ligera. Acompáñanos y descubre sus argumentos en los próximos programas.

Esta bella oración que nos llegó nos invita a valorar muchas cosas sencillas e inmediatas, que lo simple es a la vez profundo; pero concreto para apreciar el misterio de la vida y agradecer cada mañana, la salud, el afecto con nuestros seres queridos y darnos el tiempo para mirar al altísimo y saber disfrutar cada segundo de nuestra existencia.

So quieres dominar tu enojo y tus miedos necesitas disponer de una mayor fuerza de voluntad, que se ejercita a base de tomar decisiones y dejar de depender de lis demás. Salir de tus dudas y ya no temer a equivocarte. Si lo haces vas a poder corregir, pero quedarse en las dudas te paraliza. Hacer actividades simples, pero constantes y continuas van fortaleciendo tu voluntad y ayuda así a disminuir la terrible tendencia a procastinar, es decir a posponer las decisiones y nuestras acciones para después, y ese día parece nunca llegar. Haz lo que quieres, tus deberes y responsabilidades hoy, y hazlo lo mejor posible. Así vas entrenando tu voluntad.