¿Cuál es nuestra misión? (ÃLTIMO EPISODIO)
Muy temprano el domingo en la mañana, las mujeres fueron al sepulcro. Llevaban las especias aromáticas que habÃan preparado. 2 Encontraron que habÃa sido quitada la piedra que tapaba la entrada del sepulcro. 3 Entraron, pero no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. 4 Las mujeres no entendÃan lo que estaba pasando, cuando de repente dos hombres vestidos con ropa muy brillante se aparecieron de pie, junto a ellas. 5 Las mujeres tenÃan mucho miedo y se postraron rostro en tierra. Los hombres les dijeron:
â¿Por qué están buscando entre los muertos al que está vivo? 6 Jesús no está aquÃ. Ha resucitado. ¿No recuerdan lo que les dijo en Galilea? 7 Les dijo que el Hijo del hombre debÃa ser entregado en manos de pecadores, ser crucificado y resucitar al tercer dÃa.
8 Entonces las mujeres recordaron las palabras de Jesús. 9 Se fueron del sepulcro y les contaron todo a los once apóstoles y a los otros seguidores. 10 Estas mujeres eran MarÃa Magdalena, Juana, MarÃa la mamá de Santiago, y otras más. Cuando les contaron a los apóstoles lo que habÃa pasado, 11 no les creyeron porque les pareció que era un disparate. 12 Sin embargo, Pedro se levantó y corrió hacia el sepulcro. Se agachó para ver adentro, pero sólo vio la tela con la que habÃan envuelto el cuerpo. Luego se fue preguntándose qué habÃa pasado.[a]
En el camino hacia Emaús
(Mr 16:12-13)
13 Ese mismo dÃa, dos de los seguidores de Jesús iban hacia un pueblo llamado Emaús que queda a unos once kilómetros[b] de Jerusalén. 14 Iban hablando de todo lo que habÃa pasado. 15 Mientras discutÃan, Jesús mismo se acercó y empezó a caminar con ellos, 16 pero no les fue permitido reconocer a Jesús. 17 Entonces Jesús les dijo:
â¿De qué tanto hablan por el camino?
Los hombres se detuvieron muy tristes. 18 El que se llamaba Cleofás respondió:
â¿Eres tú el único peregrino en Jerusalén que no se ha enterado de lo que ha pasado en ella en estos dÃas?
19 Jesús les dijo:
â¿Qué quieren decir?
Ellos le respondieron:
âNos referimos a todo lo que sucedió con Jesús de Nazaret, quien por sus hechos y palabras demostró ante Dios y la gente que era un profeta poderoso. 20 Y cómo los jefes de los sacerdotes y nuestros lÃderes lo entregaron para que lo sentenciaran a muerte y lo crucificaran. 21 TenÃamos la esperanza de que él fuera el que iba a liberar a Israel. Sin embargo, además de todo eso, este ya es el tercer dÃa desde que sucedió todo esto, 22 y algunas mujeres de nuestro grupo nos contaron algo asombroso. Esta mañana muy temprano fueron al sepulcro, 23 pero no encontraron el cuerpo. Vinieron y nos dijeron que habÃan visto ángeles en una visión. Los ángeles les dijeron que Jesús estaba vivo. 24 Entonces algunos de los que estaban con nosotros fueron a ver el sepulcro y lo encontraron tal y como las mujeres habÃan dicho, pero no vieron a Jesús.
25 Entonces Jesús les dijo:
â¡No sean tan tontos! ¿Por qué les cuesta tanto creer todo lo que dijeron los profetas? 26 ¿Acaso no dijeron que el MesÃas tendrÃa que sufrir todo eso antes de dar comienzo a su perÃodo de gloria?
27 Entonces Jesús les explicó todo lo que habÃa sido escrito sobre él en las Escrituras, empezando con los libros de Moisés y todos los profetas. 28 Al acercarse al pueblo al que iban, Jesús hizo como que iba a seguir de largo. 29 Pero ellos le rogaron con insistencia:
âQuédate con nosotros, porque ya está atardeciendo. Ya casi es de noche.
Entonces Jesús entró y se quedó con ellos. 30 Cuando estaba a la mesa con ellos, tomó el pan, dio gracias a Dios, lo partió y se lo dio a ellos. 31 En ese preciso instante les fue permitido reconocerlo, pero él desapareció. 32 Los dos hombres se dijeron entre sÃ:
â¡Con razón sentÃamos que el corazón nos ardÃa de emoción cuando nos venÃa hablando y explicando las Escrituras en el camino!
33 Entonces se pusieron de pie de inmediato y regresaron a Jerusalén. Allà encontraron reunidos a los once apóstoles y a los que estaban con ellos, 34 y dijeron:
â¡En verdad el Señor ha resucitado! Se le ha aparecido a Simón.
35 Entonces los dos hombres les contaron a los demás lo que habÃa pasado en el camino y cómo habÃan reconocido a Jesús cuando estaba partiendo el pan.
Jesús se aparece a sus seguidores
(Mt 28:16-20; Mr 16:14-18; Jn 20:19-23; Hch 1:6-8)
36 Mientras los seguidores estaban hablando de todo esto, Jesús se les apareció, y les dijo:
âQue la paz esté con ustedes.
37 Entonces ellos se asustaron y aterrorizaron pensando que estaban viendo a un fantasma, 38 pero Jesús les dijo:
â¿Por qué están tan asustados? ¿Por qué dudan de lo que ven? 39 Miren mis pies y mis manos. ¡Soy yo! Tóquenme y vean que mi cuerpo está con vida. Los fantasmas no tienen cuerpo.
40 Diciendo esto, les mostró los huecos de sus manos y pies. 41 Los seguidores seguÃan tan asombrados y felices que no podÃan creerlo. Jesús les preguntó:
â¿Tienen comida aquÃ?
42 Le dieron un pedazo de pescado asado. 43 Jesús tomó el pescado y lo comió delante de ellos. 44 Luego les dijo:
âEsto es lo que les habÃa anunciado cuando todavÃa estaba con ustedes: que todo lo que está escrito sobre mà en la ley de Moisés, los libros de los profetas y en los Salmos tiene que cumplirse.
45 Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras,[c] 46 y les dijo:
âEstá escrito que el MesÃas tenÃa que morir y resucitar al tercer dÃa, 47 y que en su nombre se anunciará a todas las naciones que cambien y se vuelvan a Dios para el perdón de los pecados. Empiecen desde Jerusalén 48 pues ustedes son testigos de todo esto. 49 Ahora les enviaré lo que mi Padre les ha prometido, pero quédense en Jerusalén hasta que reciban poder del cielo.
Jesús vuelve a los cielos
(Mr 16:19-20; Hch 1:9-11)
50 Después Jesús llevó a sus seguidores fuera de Jerusalén, casi hasta Betania y, levantando las manos, los bendijo. 51 Mientras los estaba bendiciendo, se separó de ellos y fue llevado al cielo. 52 Entonces los seguidores lo adoraron y luego regresaron muy felices a Jerusalén; 53 y estaban en el área del templo alabando continuamente a Dios.
Lucas 24:36-53 PDT
â¿Por qué están buscando entre los muertos al que está vivo? 6 Jesús no está aquÃ. Ha resucitado. ¿No recuerdan lo que les dijo en Galilea? 7 Les dijo que el Hijo del hombre debÃa ser entregado en manos de pecadores, ser crucificado y resucitar al tercer dÃa.
8 Entonces las mujeres recordaron las palabras de Jesús. 9 Se fueron del sepulcro y les contaron todo a los once apóstoles y a los otros seguidores. 10 Estas mujeres eran MarÃa Magdalena, Juana, MarÃa la mamá de Santiago, y otras más. Cuando les contaron a los apóstoles lo que habÃa pasado, 11 no les creyeron porque les pareció que era un disparate. 12 Sin embargo, Pedro se levantó y corrió hacia el sepulcro. Se agachó para ver adentro, pero sólo vio la tela con la que habÃan envuelto el cuerpo. Luego se fue preguntándose qué habÃa pasado.[a]
En el camino hacia Emaús
(Mr 16:12-13)
13 Ese mismo dÃa, dos de los seguidores de Jesús iban hacia un pueblo llamado Emaús que queda a unos once kilómetros[b] de Jerusalén. 14 Iban hablando de todo lo que habÃa pasado. 15 Mientras discutÃan, Jesús mismo se acercó y empezó a caminar con ellos, 16 pero no les fue permitido reconocer a Jesús. 17 Entonces Jesús les dijo:
â¿De qué tanto hablan por el camino?
Los hombres se detuvieron muy tristes. 18 El que se llamaba Cleofás respondió:
â¿Eres tú el único peregrino en Jerusalén que no se ha enterado de lo que ha pasado en ella en estos dÃas?
19 Jesús les dijo:
â¿Qué quieren decir?
Ellos le respondieron:
âNos referimos a todo lo que sucedió con Jesús de Nazaret, quien por sus hechos y palabras demostró ante Dios y la gente que era un profeta poderoso. 20 Y cómo los jefes de los sacerdotes y nuestros lÃderes lo entregaron para que lo sentenciaran a muerte y lo crucificaran. 21 TenÃamos la esperanza de que él fuera el que iba a liberar a Israel. Sin embargo, además de todo eso, este ya es el tercer dÃa desde que sucedió todo esto, 22 y algunas mujeres de nuestro grupo nos contaron algo asombroso. Esta mañana muy temprano fueron al sepulcro, 23 pero no encontraron el cuerpo. Vinieron y nos dijeron que habÃan visto ángeles en una visión. Los ángeles les dijeron que Jesús estaba vivo. 24 Entonces algunos de los que estaban con nosotros fueron a ver el sepulcro y lo encontraron tal y como las mujeres habÃan dicho, pero no vieron a Jesús.
25 Entonces Jesús les dijo:
â¡No sean tan tontos! ¿Por qué les cuesta tanto creer todo lo que dijeron los profetas? 26 ¿Acaso no dijeron que el MesÃas tendrÃa que sufrir todo eso antes de dar comienzo a su perÃodo de gloria?
27 Entonces Jesús les explicó todo lo que habÃa sido escrito sobre él en las Escrituras, empezando con los libros de Moisés y todos los profetas. 28 Al acercarse al pueblo al que iban, Jesús hizo como que iba a seguir de largo. 29 Pero ellos le rogaron con insistencia:
âQuédate con nosotros, porque ya está atardeciendo. Ya casi es de noche.
Entonces Jesús entró y se quedó con ellos. 30 Cuando estaba a la mesa con ellos, tomó el pan, dio gracias a Dios, lo partió y se lo dio a ellos. 31 En ese preciso instante les fue permitido reconocerlo, pero él desapareció. 32 Los dos hombres se dijeron entre sÃ:
â¡Con razón sentÃamos que el corazón nos ardÃa de emoción cuando nos venÃa hablando y explicando las Escrituras en el camino!
33 Entonces se pusieron de pie de inmediato y regresaron a Jerusalén. Allà encontraron reunidos a los once apóstoles y a los que estaban con ellos, 34 y dijeron:
â¡En verdad el Señor ha resucitado! Se le ha aparecido a Simón.
35 Entonces los dos hombres les contaron a los demás lo que habÃa pasado en el camino y cómo habÃan reconocido a Jesús cuando estaba partiendo el pan.
Jesús se aparece a sus seguidores
(Mt 28:16-20; Mr 16:14-18; Jn 20:19-23; Hch 1:6-8)
36 Mientras los seguidores estaban hablando de todo esto, Jesús se les apareció, y les dijo:
âQue la paz esté con ustedes.
37 Entonces ellos se asustaron y aterrorizaron pensando que estaban viendo a un fantasma, 38 pero Jesús les dijo:
â¿Por qué están tan asustados? ¿Por qué dudan de lo que ven? 39 Miren mis pies y mis manos. ¡Soy yo! Tóquenme y vean que mi cuerpo está con vida. Los fantasmas no tienen cuerpo.
40 Diciendo esto, les mostró los huecos de sus manos y pies. 41 Los seguidores seguÃan tan asombrados y felices que no podÃan creerlo. Jesús les preguntó:
â¿Tienen comida aquÃ?
42 Le dieron un pedazo de pescado asado. 43 Jesús tomó el pescado y lo comió delante de ellos. 44 Luego les dijo:
âEsto es lo que les habÃa anunciado cuando todavÃa estaba con ustedes: que todo lo que está escrito sobre mà en la ley de Moisés, los libros de los profetas y en los Salmos tiene que cumplirse.
45 Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras,[c] 46 y les dijo:
âEstá escrito que el MesÃas tenÃa que morir y resucitar al tercer dÃa, 47 y que en su nombre se anunciará a todas las naciones que cambien y se vuelvan a Dios para el perdón de los pecados. Empiecen desde Jerusalén 48 pues ustedes son testigos de todo esto. 49 Ahora les enviaré lo que mi Padre les ha prometido, pero quédense en Jerusalén hasta que reciban poder del cielo.
Jesús vuelve a los cielos
(Mr 16:19-20; Hch 1:9-11)
50 Después Jesús llevó a sus seguidores fuera de Jerusalén, casi hasta Betania y, levantando las manos, los bendijo. 51 Mientras los estaba bendiciendo, se separó de ellos y fue llevado al cielo. 52 Entonces los seguidores lo adoraron y luego regresaron muy felices a Jerusalén; 53 y estaban en el área del templo alabando continuamente a Dios.
Lucas 24:36-53 PDT
Confraternidad Chía - Seguidores de Jesús
esJuly 13, 2021