Hoy lo coloquial en la literatura parece natural y cotidiano pero hace muy poco tiempo, tan cerca como los años 70, se le seguía juicio a Salvador Garmendia por un cuento de bar en el que se hablaba, lógicamente, con lenguaje de bar. Fue por El Inquieto Anacobero, tildado de cuento inmoral y amoral. Al final, el escritor fue absuelto, lo que no sabemos si fue mejor o peor para el currículo de un transgresor como Garmendia.
Hoy en 2016 se reeditan sus Crónicas Sádicas, selección de textos publicados en El Sádico Ilustrado, revista dirigida por Pedro León Zapata en esa época de los setenta y en tiempos electorales. La calidad no solo material y gráfica de la revista sino intelectual, se afincaba en las mejores plumas y, para incluir a los dibujantes, lápices de ese momento en Venezuela.
Cuenta Salvador que cuando recibió la invitación de Zapata, aquél le preguntó: ¿Y se pueden escribir malas palabras? a lo que Pedro León le contestó: "Y buenas también... no somos fanáticos"
Como una muestra de su magistral irreverencia, este Elogio al Pedo de sus Crónicas Sadicas.
