Lección 273. MÃa es la quietud de la paz de Dios.
Tal vez estemos ahora listos para pasar un dÃa en perfecta calma. Sl esto no fuese posible todavÃa, nos contentaremos y nos sentiremos más que satisfechos, con poder aprender cómo es posible pasar un dÃa asÃ. Si permitimos que algo nos perturbe, aprendamos a descartarlo y a recobrar la paz. Sólo necesitamos decirles a nuestras mentes con absoluta certeza: "MÃa es la quieÂtud de la paz de Dios", y nada podrá venir a perturbar la paz que Dios Mismo le dio a Su Hijo. Padre, Tu paz me pertenece. ¿Qué necesidad tengo de temer que algo pueda robarme lo que Tú has dispuesto sea mÃo para siempre? No puedo perder los dones que Tú me has dado.