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A través de los tiempos hay una gran controversia si como creyentes debemos de defender nuestra fe cristiana ante los ataques que hay en la sociedad. Y para poder definir la respuesta es necesario estudiar la palabra de Dios, estudiar la apologética. 

Luego de haber alcanzado ciertas cosas, volver a comenzar desde cero es algo que puede complicar las cosas en la mente de las personas. La gloria postrera siempre será mayor que la primera. Debemos de tener la fe y la esperanza de que nuestro mañana será mucho mejor que nuestro pasado y nuestro ayer. Si lo hiciste una vez, lo puedes volver a hacer. 

A pesar de la aflicción Dios promete que te va a levantar y te va a prosperar, pero todo ciclo de trauma en tu mente debe de ser roto. Debemos de aprender de los traumas, pero más que eso, debemos de confiar en la promesa de Dios.

Dios va a hablar a tu vida dependiendo de lo que puedas entender. Lo que Dios quiere hacer en tu vida a través de las finanzas y vivir prosperidad en libertad económica tiene que ver con el deseo de Dios en tu vida. 

Ningún ciclo económico debe retrasar el plan de Dios para tu vida. Nunca podrás ampliar tu vida si no tienes la revelación de Jesús y de lo que vino a hacer por ti en la tierra. Debemos prepararnos en todas las temporadas de nuestra vida para creerle a Dios y abrir nuestros corazones para lo que Él hará. Es tiempo de regocijarse porque algo grande Dios va a hacer. 

No es la cantidad de dinero que ganes, es lo que hagas con él. Se deben de romper los patrones mentales de culpabilidad en tu mente para poder prepararte a lo que Dios hará contigo. Tu dinero no puede ir más allá de lo que tu alma y tu mente pueda manejar. Dios quiere que aumentes, que prosperes, que salgas de la culpabilidad y de la inestabilidad. 

¿Cuántas cosas Dios habrá querido hacer con uno pero se han dejado pasar las oportunidades una tras otra por no creer? Puede que suene un poco fuerte para algunos, pero hay una frase que debemos de creer y hacer nuestra, “Yo Creo en Prosperidad”. En ese momento, cuando la haces tuya, se abrirán muchas oportunidades. 

Hay poder cuando utilizas los sueños para que tu vida se mueva en pos del futuro glorioso que Dios tiene para ti. Dios quiere que seas Próspero. 

Para alcanzar el éxito en todas las áreas de la vida hay que pensar siempre en el futuro. La fe es ahora, pero ayuda a la proyección del mañana, entendiendo que lo que Dios ha prometido es más grande que lo que se ha vivido. Si vives del pasado, tu futura se va a afectar. 

No eres dueño, pero sí responsable, eres administrados de las cosas de Dios. Como tal, tienes que rendir cuentas pero esto es sabiendo que hay satisfacción y recompensa divina para tu vida. 

El grado de incertidumbre que tú seas capaz de manejar determinará el nivel de fe que vas a poder manifestar en tu vida. Fe es tener certeza en la promesa de Dios.

Una cosa es reconocer tus limitaciones, y es poderoso lo que se desata al reconocerlo, pero también hay que reconocer las debilidades, que son dos cosas diferentes. Acepta tus limitaciones pero vence tus debilidades para poder prosperar. 

Muchas personas no aceptan sus limitaciones o debilidad porque simplemente debemos de vivir por fe únicamente viviendo positivos, pero es importante aceptar que tenemos limitaciones porque provoca beneficios a nuestras vidas.

Muchas veces nuestra oración es que Dios nos abra las puertas, y no hay nada malo con eso. Pero cuando una puerta se abre, otra se cierra. En es episodio te comparto cómo podemos cerrar las puertas necesarias.

El dinero es importante en la vida, pero no es lo más importante. Hay cosas más importantes y lo debemos de tener presente, tendremos pan con el Señor. 

Hay poder cuando utilizas los sueños para que tu vida se mueva en pos del futuro glorioso que Dios tiene para ti. Dios quiere que seas Próspero. 

Hay ciertas cosas que los problemas provocarán en tu vida si no eres capaz de ajustar los pensamientos en los momento difíciles. 

Él es el Dios de Efesios 3: 20; Dios que hace más abundantemente de lo que pedimos o entendemos. Hay varias maneras en que limitamos a Dios y a su obra sin darnos cuenta le ponemos límites a lo que Dios quiere hacer. 

En el espíritu debemos de tener hambre y debemos de vencer los apetitos de nuestra carne. Jesús dijo; “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán verdaderamente saciados.” No se trata tan solo de conocer de Dios, porque uno se puede volver vanaglorioso, se trata de de que tu corazón y tu vida reaccione a Su voz. Debe de haber hambre de conocer más a Jesús.