9 de febrero. Vibrante "Holandés" en el Principal
La producción de "El Holandés Errante" de Wagner que la Ópera Checa de Praga presentó en Alicante convenció al numeroso público que prácticamente llenaba el Teatro Principal en una gélida noche de febrero.
Y lo hizo, como viene siendo habitual en los liceos españoles, por la conjunción de la orquesta y las voces solistas. Si bien la orquesta que dirigía el joven Norbert Baxa empezó de forma dubitativa, los músicos fueron conjuntándose para llegar a recrear con fuerza y bravío el estallido de la tormenta que da pie al tremendo final. Una orquesta bien provisionada con su sección de viento metal, según corresponde a una ópera de Wagner.
A su vez, las voces estuvieron a gran altura en una partitura de elevada dificultad, destacando sin problemas por encima de la vigorosa orquesta. Así el barítono protagonista, encarnado por Adam Wozniak, se mostró seguro y poderoso en la voz aunque algo rígido en la interpretación (¿manos en los bolsillos?). Su partenaire, la soprano Monna Somm, hizo gala de una voz de gran registro vocal y excelentes transiciones hacia las notas altas, tan importantes en la obra de Wagner.
Cumplieron igualmente el tenor Nikolai Vishniakov en el papel de Eric, quien evocó con delicada melancolía y dolor el amor perdido en la cavatina 'Willst jenes Tag's du nicht dich mehr entsinnen'. Otro tanto se puede afirmar del bajo Ivaylo Guberov (aún recordamos su Ochs en "El caballero de la rosa"), quien dibujó un Daland atroz en su papel de padre deseoso de vender a su hija a un acaudalado pretendiente (¡qué buenos bajos existen en la actualidad en el panorama internacional!).
Como ya es proverbial en las representaciones líricas en provincias, la parte más débil correspondió a la puesta en escena. Ésta resultó estática y pobre en su conjunto, por ejemplo, en la interpretación del coro en el jovial número 'Steuermann, lab die wacht', donde más que divertirse de forma desenfrenada en la fiesta del puerto con las muchachas, los marineros parecían encontrarse en plena faena en alta mar. Sin mencionar que parecían soviets rusos más que marineros noruegos. Sin embargo, las voces sonaron poderosas y bien conjuntadas.
En cuanto al escenario, el director de escena, Martin Otava lo resolvió principalmente con juegos de luces en tonalidades frías sobre la penumbra y un mobiliario escaso en demasía. Convincentes (en contra de lo habitual) resultaron los vídeos que proyectaban la tormenta final.
Por último, la representación continuada interrumpida por un único descanso fue una decisión acertada a medio camino entre la propuesta original de Wagner en un solo acto y la tradicional representación en tres actos, la cual llega a prolongar en exceso la velada.
Escuchemos, pues, a los solistas Adam Wozniak y Monna Somm acompañados por la Orquesta de la Ópera Checa interpretando este apoteósico final ('Erfahre das Geschick') de "El Holandés Errante" de Wagner en el Teatro Principal de Alicante.