¿Qué viene a tu mente al escuchar la palabra “Iglesia”? probablemente sea algo muy diferente a lo que pensaban los creyentes del primer siglo, pues ellos no sabían de organizaciones, canciones, protocolos, sala de reuniones ni bonitos mensajes, ¡Nada de eso! Lo único que importaba era que Cristo había resucitado, y fue ese evento el que impulsó absolutamente todo.
La Iglesia se hizo GRANDE rápidamente. El día de la inauguración, se unieron más de 3.000 personas, dos semanas más tarde, más de 5.000. Este movimiento perturbó el status quo, y generó gran resistencia. Y en medio de esta resistencia que podría haber afectado negativamente los medios de vida, la reputación e incluso costarles la vida, los primeros cristianos oraron... no para protección, no para que Dios acabe con sus adversarios, oraron pidiendo valentía.
Muchas personas se alejan o abandonan su religión por razones válidas. Pero debemos considerar a Jesús, quien va más allá de toda religión, Él mismo no vino como una extensión de la religión antigua, Él vino a traernos algo totalmente diferente y nuevo, un nuevo pacto para la humanidad.
Desde el anuncio del ángel a María de que tendría un Hijo cuyo "Reino no tendría fin", ya era claro, Jesús vendría y traería algo nuevo a este mundo, que lo cambiaría todo y pondría todo de cabeza.
La duda no es por falta de fe, es simplemente sentirnos inseguros y angustiados por alguna situación, es parte del camino.
A pesar de lo que estamos viviendo, a pesar de nuestros errores y fracasos, nuestros ojos deben fijarse en la promesa de Dios para nosotros.
¿Qué pasa si fallo?¿Qué pasa si por más que lo intento, mi pecado me gana? Muchas veces incluso hacemos promesas a Dios que no cumplimos, entonces, Dios estará conmigo... ¿a pesar de mí?
La vida simplemente pasa, y tus circunstancias no son un indicador de la ausencia o el amor de Dios.
A veces sabemos o tenemos una idea de lo que vendrá por delante, y aún así conocerlo no nos prepara para vivirlo. Entonces, ¿Cómo podemos prepararnos para aquellas cosas que no vemos y no podemos prevenir?
Todos nos dirigimos a alguna parte y el destino es incierto. Sin embargo, depende de nosotros descubrir qué necesitamos empacar en nuestra maleta para estar listos. ¿Cómo prepararnos para lo incierto?
Una constante en la vida es el cambio y para la mayoría de nosotros, los cambios generan estrés. Al igual que cuando viajamos en barco, avión o en auto, viajar por la vida puede marearnos. ¿cómo te preparas para lo que viene cuando tienes que luchar con la ansiedad de los constantes cambios que no sabes cómo afrontar?
Nos encantaría poder conocer el futuro, pero es imposible saber lo que viene después. ¿Y si hubiera una manera de prepararte para la próxima etapa de tu vida? ¿Qué pasaría si pudieras hacer algo ahora que de seguro influirá en el mañana?
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