Evangelio Hoy y Aquí ciclo C

Se prepara la fiesta de Cristo Rey. Bueno, en realidad ya está preparada, porque todos los años se hace lo mismo: es la tradición. Pero la gente de las comunidades ayuda a reflexionar que la verdadera tradición es la de Jesús y su reinado es muy distinto al de los reyes de este mundo. Los cristianos y cristianas somos reyes y reinas, sirviendo. El Reino de Dios se hace presente cuando hacemos un mundo distinto.

Con humor se presentan las verdades eternas del bien y del mal. El diablo está de vacaciones, porque nosotros le hacemos el trabajo. Destruimos el mundo y encima le echamos la culpa a Dios. Hasta las personas que se creen religiosas, le hacen el juego, organizando peleas y guerras, que llaman “santas”. Pero los verdaderos profetas sí hacen la diferencia. Por eso son perseguidos. Con toda certeza el bien triunfará sobre el mal. Formemos parte de quienes están construyendo un mundo distinto, acercando cada día el Reinado de Dios.

Jesús afronta los problemas del diario vivir, sobre todo los relacionados al matrimonio y el celibato. Las leyes se hicieron para servir a las personas y no al revés. Cuando son ataduras, no importa romperlas, si ello va a repercutir en el bien de las personas, las familias y las comunidades. Dios es un Dios de vivos, no de muertos, de personas libres, no esclavas. La Iglesia debe ser acogedora, como una familia, y no punitiva como un juzgado penal. Es un sacramento de la vida eterna, un testimonio de que, ya desde ahora, podemos vivir de una forma diferente, que nos llevará a la plenitud del Reino.

Le llaman Zaqueo, porque ha saqueado las arcas del estado. Ante la caída de otros compañeros suyos, por malversación de fondos y corrupción, escucha el llamado de Jesús y cambia. Su conversión conlleva justicia restaurativa y restribución. ¿Un sueño? Sí, pero un sueño que puede ser realidad. Hoy ha llegado la salvación a esta casa, y Dios nos ayude para que todavía llegue a tiempo a este país y a este mundo.

El patrón que despidió a Jorge del trabajo y no quería pagarle sus prestaciones, acude a Dios a orar, pidiéndole le recompense por sus limosnas... de sus ganancias dependen los diezmos. La abogada que defendía a los patronos y ahora defiende a los pobres, también va a orar, pidiendo perdón por sus pecados. Aun en esta vida, quien se humilla es enaltecido y quien se ensalza cae humillado.

Los motivos para orar son variados, pero lo importante es rogar y trabajar para que el Reino de Dios llegue. La perseverancia en la oración es comparada a la de la viuda que ruega ante un juez injusto. En Guatemala han pasado 28 años de oración y lucha para que se haga justicia a las víctimas de las masacres. Hasta ahora parece que se va a llevar a juicio a algunos de los genocidas. Dios nos escucha y nos hará justicia pronto.

Un hecho real sucedido en Guatemala: hubo un gran derrumbre, que sepultó carros y un bus. La gente del lugar corrió a auxiliar y otro derrumbe sepultó a más de 20... Algunos dijeron que perdieron la vida... otros que la ganaron. En este Evangelio Jesús y sus discípulos/as salvan a diez con vida y sólo uno regresa a dar las gracias...

Es un hecho real y suponemos que se repite en muchos lugares: con la Biblia en una mano y la pala en la otra, con un oído en la Palabra y el otro en el pueblo. Durante un taller la gente aprende a leer la Biblia y la entiende como Luz para el camino. La Palabra es luz para caminar. Y en este caso el camino es la ayuda urgente a las víctimas de los deslaves ocasionados por las torrenciales lluvias, turnándose para atender al curso y a la necesidad.

La pesadilla que tiene el rico contra el sueño dulce del pobre. Pero ¿se va al infierno sólo por ser rico? Y el otro al cielo ¿sólo por ser pobre? La pesadilla tiene una esperanza: se puede despertar, antes de que sea demasiado tarde.

La parábola del administrador corrupto nos hace pensar en los corruptos de hoy, para tratar de explicar el problema del dinero. Para los discípulos/as de Jesús siempre es un problema: querer vivir en una sociedad distinta y vivir inmersos en esta sociedad corrupta, donde el dinero es dios. El dinero es el estiércol del demonio... pero sirve para abonar el Reino de Dios.

A Jesús lo sigue gente "de mala reputación", porque en su comunidad se sienten acogidos y se confía en que podrán levantarse. Los malos pastores amenazan, asustan y se aprovechan de las ovejas. Los buenos pastores y las buenas comunidades, van en busca de las perdidas y logran realizar verdaderos milagros.

En una finca, invitan a Jesús, sus discípulos y la directiva del sindicato, a un banquete. Los capataces se aprovechan de la ocasión, pero, cuando llegan los dueños, ponen las cosas en su lugar. Nadie es más grande que quien sirve.

Mucha gente sigue a Jesús, pero por motivos equivocados. Por fama, dinero, poder... La Iglesia misma se ha corrompido a través de su historia y se ha hecho poderosa o aliada a los poderes de turno. Necesitamos una fuerte conmoción que la desinstale (Aparecida 362). Necesitamos un re-lanzamiento de las comunidades y de la Iglesia.

Hay un gran evento en el estadio, pero las puertas están cerradas. Hay pequeñas puertas en alto, por el que van pasando personas, que se ayudan unas a otras para lograrlo. Quienes llevan grandes objetos (instrumentos, andas, biblias, mantas...) no pueden entrar. Sólo entran quienes se ayudan unos a otros. Las mismas cosas les sirven a unos para entrar al Reino y a otros para quedarse afuera, porque las absolutizan y olvidan que solo una cosa es importante.

En su viaje a casa de Isabel, María observa los sufrimientos y las luchas del pueblo por una vida digna. En el diálogo con Isabel van reflexionando sobre el canto del Magnificat. Finalmente sueñan con sus hijos, con lo que harán y cómo lograrán hacer llegar su mensaje a todo el pueblo. Isabel le dice: Eres tan buena, María, que Dios te va a llevar al cielo con zapatos y todo.

Dos pueblos vecinos: uno sin progreso y asfixiado por sus autoridades corruptas. Otro que vive en tranquilidad y alegría, porque los funcionarios ejercen la autoridad como servicio, Jesús les dice: Yo les digo que todo funcionario o administrador malvado recibirá un severo castigo. A quien se le ha dado mucho, se le exigirá mucho; y cuanto más se le haya confiado, tanto más se le pedirá cuentas. En cambio, a quien es fiel al pueblo que debe servir, yo les aseguro que el mismo Señor se pondrá el delantal, los hará sentar a la mesa y los servirá uno por uno. También ustedes estén preparados, porque el Hijo del Hombre llegará cuando menos lo esperen.

Jesús cuestiona al hombre que se ha enriquecido al no pagar salarios justos y le predice que de nada le servirá lo que ha acumulado. Sus hijos se pelean por la herencia, pero Jesús les dice que de nada les servirá tampoco. Esto vale para toda persona que amontona para sí misma, en vez de acumular para Dios. Compartan y ayuden a los más necesitados, así están juntando tesoros y reservas en el cielo. Pues donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón.

La petición de la madre de Juan y Santiago da pie a Jesús para comparar su Reino con los de este mundo: Entre ustedes no será así. La tentación es escalar puestos para tener poder y dinero. La Iglesia sufre esa misma tentación. Y también los grupos y movimientos. Entre ustedes no será así. No es desde el poder, sino desde el servicio que se hace grande la persona, la comunidad, la Iglesia.

El tema del machismo rsponde también a lo necesario. Deformación y mala educación han dividido las cosas que corresponden a las mujeres y a los hombres. Jesús trata de poner las cosas en su lugar: sólo unidos en solidaridad, comprensión y amor, podemos aspirar a la única cosa necesaria: el Reino de Dios.

La pregunta clave: ¿Qué debo hacer para conseguir la vida eterna? es respondida por Jesús con la parábola conocida como "el buen samaritano". En el Evangelio Hoy y Aquí se dan distintas respuestas de personas, grupos e Iglesias, y se contraponen a la actuación de comunidades cristianas ante un grupo de familias campesinas desalojadas de sus tierras.