Evangelio Hoy y Aquí ciclo C

Los discípulos y discípulas deben ir a hacer nueva le experiencia de Jesus en cada lugar a donde llegan. No se trata de una fotocopia de lo que han vivido. En donde llegan se empiezan a dar señales del Reino. De la misma manera que lo han vivido con Jesús, los afligidos reciben consuelo, los enfermos sanan de sus dolencias, los pecadores se arrepienten y cambian de vida. Todos y todas aprenden a compartir, lo que les da una gran alegría y la verdadera paz. Si hacen eso, alégrense porque sus nombres están escritos en el cielo.

Las exigencias para seguir a Jesús son grandes. Ante todo, hay que abandonar tantos intereses personales mezquinos y atreverse a seguirlo. Pero la recompensa es el Reino de Dios. Es un tesoro tan grande que, quien lo encuentra, vende todo lo que tiene para alcanzarlo. Y recibirá el ciento por uno en esta vida y además la vida eterna.

Ver tantas y tan variadas imágenes de Jesús en una tienda, da pie para platicar sobre las verdaderas imágenes de Jesús, como las presentan los Obispos Latinoamericanos en Puebla y Aparecida. Más fácil ungir una imagen de madera que las verdaderas llagas de Jesús que sufre hoy día. Algunos quieren llegar a la Gloria sin pasar por la cruz. Y otros se quedan en la cruz sin llegar nunca a la Resurrección.

¿Quién es más pecador? ¿quien está reconocido por su mala fama entre la gente o quien parece bueno, pero no actúa con justicia? Jesús aprovecha las comidas para dar su mensaje,, aunque no todos lo atienden. La pequeña comunidad es un signo del Reino, porque vive en armonía y solidaridad. La forman aquellas personas a quienes Jesús ha liberado de la marginación, ha incorporado a la sociedad y ha devuelto su dignidad de personas.

La defensa de la tierra contra una arenera da pie a que se realice el milagro de la solidaridad y coman en abundancia, sobrando todavía 12 canastas. Cada quien pone al servicio los dones que ha ido descubriendo y pracitcando en la comunidad para organizar el reparto. Un cuerpo funciona bien, si hay armonía entre todos sus miembros y cada miembro cumple su función. La Comunidades Eclesiales de Base son la práctica de ser Iglesia en cada rincón, haciendo presente el Reino de Dios, donde hay alimento y dignidad para todos y todas.

La familia y la comunidad son imágenes de Dios Trinidad, Dios familia, Dios comunidad. Somos sus imágenes en la medida que somos capaces de compartir el amor de Dios en nuestras familias y con las personas que sufren. A pesar de nuestros errores, Dios está con nosotros y nos ayuda a levantar.

El Espíritu Santo no se puede tener escondido, encerrado en el templo. Es para que ilumine y santifique el mundo. La Misión no consiste en traer gente al templo, a la iglesia, sino en llevar la Iglesia a la gente, al mundo entero. Ir a donde hay pecado, para liberar de él a los hermanos y hermanas. Y si ustedes no llegan, los pecados quedarán retenidos. Evangelizar es llevar la Buena Noticia a quienes la necesitan. Llevar la Luz a donde está oscuro.

Las palabras "todo estaba escrito" dan pie para explicar cómo hay que leer y vivir la Biblia. Encontrar el Mensaje de Dios y hacerlo realidad. El pecado del mundo: el pecado personal y el pecado social. Sólo un cambio de vida radical nos puede librar de él. Necesitamos una conversión personal, comunitaria, eclesial, mundial... La ascensión de Jesús nos hace reflexionar en el misterio de la muerte, que para nosotros es pascua: paso de la muerte a la vida. Pero hay que ganársela haciendo presente el Reino de Dios aquí y ahora.

La Palabra de Dios no está solo en la Biblia. Está en la madre naturaleza, en la historia, en la comunidad. Está sobre todo en las personas pobres y necesitadas. Desde ahí Jesús clama cada día: “Tengo hambre, tengo sed, estoy preso, enfermo, desnudo, soy mujer, soy migrante… escuchen mi palabra” Guardar la Palabra es ponerla en práctica. Es hacer la voluntad del Padre. Porque el mensaje que escuchan no es de Jesús, sino del Padre que lo envió.

No se trata de simples obras de caridad. Se trata de poner a los pobres en el centro. A ejemplo de Jesús, que levantó a los marginados de la orilla del camino y les invitó a caminar. No se trata solo de ayudar a los necesitados. Se trata de trabajar arduamente para que no haya personas necesitadas. Son pequeñas acciones que van haciendo camino, que van acercando el Reino. Son ejemplos de que se puede vivir de otra manera, de que otro mundo es posible. Son fermento para que la sociedad entera vaya cambiando y deje su manera egoísta para vivir en solidaridad. Son testimonios para que los Estados cambien la perspectiva con que ejercen el gobierno y se decidan a cumplir la misión para la que fueron electos, de buscar el bien para toda la gente, poniendo en primer lugar a los pobres, a quienes han sido excluidos de los bienes y servicios, porque es la única manera de que nuestros países tengan un progreso de verdad.

Diferencia entre ovejas y borregos. En una verdadera comunidad, cada quien tiene su ministerio, y lo ejerce en el servicio a los demás, ayudando a crecer en la fe a toda la comunidad. Por eso no nos quedamos encerrados en los templos, sino que nos interesamos en la vida de la gente. Porque el Reino de Dios se construye en el mundo, no en las nubes. Con varios ejemplos reales, se ilustra lo que quiere decir hacer Reino. Surge la pregunta: Si todo esto es tan bonito, entonces ¿por qué nos persiguen, si estamos haciendo el bien? Precisamente por hacer el bien. Los hijos de las tinieblas aborrecen la luz. Quieren apagar la luz, pero la Luz de Dios brilla para siempre.Y con ella también nuestras lucecitas, aunque sean pequeñas.

La pesca en el lago y la convivencia a la orilla de la playa sirven para reafirmar la comunidad en torno al Resucitado. La triple afirmación de Pedro es de fe y de amor. Sirve para todos los discípulos y discípulas de Jesús, especialmente a quienes ejercen alguna autoridad (servicio): se trata de amar a Jesús y a sus hermanos y hermanas.

No se trata de ver mis manos ni de ungir mis llagas. Se trata de que ustedes se hagan llagas en las manos por tanto trabajar en busca de una sociedad distinta, que se hagan llagas en los pies de tanto caminar llevándole esta buena noticia a todos los pueblos; sobre todo de que tengan su corazón abierto al amor, un corazón donde puedan entrar todos los hombres y mujeres, porque solo con amor se pueden cambiar los corazones de los demás. Mis llagas son las de todos mis hermanos y hermanas que sufren. Toquen esas llagas. Mánchense las manos para aliviar el dolor y el sufrimiento. Dichosos quienes creen aunque no vean resultados, quienes trabajan aunque no reciban satisfacciones, quienes entregan la vida por el Reino.

Dios resucita a Jesús para probar la veraciad de su proyecto. No hay que buscar su cuerpo, sino su mensaje. No hay que buscar entre los muertos, sino donde hay vida o donde hay que dar vida. Las primeras testigas son mujeres. Jesús resucita con todas aquellas personas que han entregado su vida por hacer un mundo más justo y humano. El sepulcro está vacío y en él encuentran: El perrraje con que lo habían cubierto está extendido en el suelo, y sobre él están colocados, con mucho cuidado, el informe “Guatemala, nunca más” que Juanito Gerardi dirigió para la Recuperación de la Memoria Histórica (el Remhi) y el informe “Memoria del Silencio” de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico.

Jesús sabe que ha tocado intereses económicos, políticos y religiosos y por ello su vida está en peligro. Lo buscan a Él, como buscan al pueblo que se organiza para defender sus derechos y proclamar que otro mundo es posible. En un tribunal de fuero especial, sin derecho a defenderse, Jesús es condenado a muerte, extrajudicialmente. Con tantos secuestrados y desaparecidos,lo mandan a tirar a una fosa común. Sus familiares, discípulas y discípulos, lo sacan, le ponen un traje típico usado, para recordar a todos los indígenas masacrados, lo envuelven en un perraje, para que estén presentes las mujeres violadas en su dignidad y asesinadas, y lo ponen en una rústica caja de madera de pino, como lo hacen todos los pobres, que no pueden pagar un entierro. Entregan su cuerpo a la madre tierra que lo vio nacer y que ahora lo recibe de nuevo.

El gesto de Jesús no se refiere sólo a lavar los pies, sino a ser humildes y servir con generosidad a los necesitados. Pero más que eso, tenemos que trabajar para que ya no haya necesitados. Poner todos y todas sus dones y capacidades para hacer una sociedad diferente, donde a nadie le falte el pan y la alegría. Cuando Jesús dice que su Reino no es de este mundo, es porque se trata de un mundo distinto el que tenemos que ir haciendo cada día. Compartir el Pan y el Vino es compromiso del pan que compartimos y del vino que simboliza la felicidad y la alegría.

La entrada a la Capital la hace ¡en un bici-taxi". Las multitudes lo quisieran un libertador prodigioso, un caudillo político o religioso. Pero Jesús entra humilde y servidor. Sin embargo, es la hora del pueblo y nadie podrá arrebatársela.

La mujer es dicriminada y tratada de pecadora, cuando el pecado se ha cometido entre dos. En este caso, es una mujer trabajadora, que tiene que abandonar a sus hijos para poder ganar el pan. ¿De quién es el pecado? ¿Quien tiene la reponsabilidad de cambiar las cosas? ¿Quién puede tirar la primera piedra? La mujer sigue de pie ante Jesús, como dispuesta a hacer camino con El.

La conocida parábola del hijo pródigo se actualiza y se da la importancia que le dio Jesús al Padre misericordioso y compasivo que, con su ejemplo, enseña misericordia y compasión.

Hechos de muerte. Siempre juzgamos y pensamos que son castigos de Dios, Y nos creemos mejores, sólo por llamarnos cristianos. Del "feminicidio" y el terremoto de Haití, Jesús saca la enseñanza de que somos el abono y el agua que ha de fertilizar la tierra en que vivimos para que dé buenos frutos. Tenemos una tarea urgente,una misión que cumplir. Y ha de ser ahora.