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No se Requieren Deudas

Para emprender, se requiere dinero, lo que no se requiere son deudas. Se requiere esfuerzo y sacrificio, pero ten presente que ninguna empresa debe costarte tu familia, y quítate de la cabeza que necesitas deudas para alcanzar el éxito en el área económica.

Tu Propósito y tu Empresa

Convierte tu propósito en una tarea y en una empresa. Prepárate; las herramientas correctas van a llegar, las cosas se van a dar en tiempo de Dios. Persevera hasta el final.

¿Para qué Sirve el Dinero?

La palabra dice que el dinero sirve para todo. Sin embargo, dice que es escudo, que te protege, pero añade que la sabiduría hace más que solo protegerte: te da vida. Y la sabiduría es Dios quien te la da, así que tu verdadera protección y vida vienen del Dios Todopoderoso. Pero Dios te prospera y te posiciona para que te tengan que oír y seas de influencia porque dice la Palabra que la ciencia del pobre es menospreciada y no son escuchadas sus palabras.

Si Dios te ha dicho que emprendas, Él te va a dar las finanzas, la sabiduría, las conexiones divinas y todo lo que tú necesitas para ese emprendimiento. Dios va a hacer que tu luz alumbre delante de los hombres para que vean su gloria porque todo se trata de Él. Haz a Dios tu socio principal, aunque sea el socio invisible; encomienda a Él todas tus obras.

¿Para qué Sirve el Dinero?

La palabra dice que el dinero sirve para todo. Sin embargo, dice que es escudo, que te protege, pero añade que la sabiduría hace más que solo protegerte: te da vida. Y la sabiduría es Dios quien te la da, así que tu verdadera protección y vida vienen del Dios Todopoderoso. Pero Dios te prospera y te posiciona para que te tengan que oír y seas de influencia porque dice la Palabra que la ciencia del pobre es menospreciada y no son escuchadas sus palabras.

Nadie enciende una luz y la esconde. Al emprender, Dios te expone para que el mundo pueda ver, para que alumbres con tu luz. Cuando prosperas, Dios te da influencia, te posiciona de modo que seas escuchado. La pregunta es qué vas a decir. Asegúrate que tu propósito detrás de tu emprendimiento, más que cubrir tus necesidades, sea que tus buenas obras glorifiquen a Dios.

Encuentra tu porqué, entiende que el fracaso no existe, que hay un tiempo para todo y que tú puedes interpretar el mundo a tu favor. El emprendedor que nunca se da por vencido, ese es el empresario ganador.

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Emprende, e inténtalo una vez más. Con cada intento te acercas más a tu éxito empresarial. Es el fracaso lo que te da la posibilidad de éxito. Tu éxito está más cerca que el fracaso que acabas de pasar. Una experiencia negativa te llena de herramientas de modo que, cuando vuelvas a intentarlo, tengas mayor sabiduría. Las lecciones aprendidas del fracaso, son los escalones sobre los cuales te vas a levantar para tu próximo emprendedurismo.

Cada mes, compartimos con emprendedores y empresarios, y en los pasados meses hemos tenido la dinámica de entrevistar a algún empresario de nuestra iglesia o fuera de nuestra iglesia, que nos dé algunos consejos. Hoy te presentamos a Yolaine Salgado, presidenta y fundadora de una firma de manejo de talentos y consultoría de Recursos Humanos, que brinda apoyo a las empresas para atraer, retener, motivar y desarrollar a su gente dentro de las organizaciones. Le pido a Dios que este testimonio te inspire a crecer, desarrollarte y alcanzar todo lo que Dios tiene para tu vida.

Tus emociones son fáciles de confundir con algo de parte de Dios. Ante la duda, ve al principio, a lo establecido en su Palabra. Cumple primero con eso, y luego decide, conforme a tus opciones, considerando las diferentes perspectivas y enfocándote en el impacto eterno. Creemos a Dios contigo que esas decisiones que tienes que tomar, que están delante de ti, serán unas de poder.

Guarda tus palabras porque tú no podrás meditar más allá de lo que estés diciendo, lo que estés hablando y confesando. Y tú necesitas meditar en la palabra de Dios, para guardar y hacer lo que en ella está escrito, si quieres hacer prosperar tu camino.

Es correcto que un empresario ore por su negocio pidiendo a Dios por Favor y Gracia, por Valentía y Confianza o pidiendo mantenerse Enfocado?

Esta palabra que escuchará te ayudará a ver la manifestación de Dios en tu vida, disfrutando lo que Dios tiene para ti .

Como empresarios o emprendedores cristianos es sumamente valioso comenzar nuestro día presentándonos o encomendándonos a Dios. También es muy importante que podamos sacar un tiempo de oración, presentando nuestras peticiones como empresarios. Pidamos a Dios con la expectativa que algo grande va a ocurrir, en nuestras vidas.

Escucha este tema que te ayudará a crecer en tu vida espiritual, teniendo como consecuencia crecimiento en tu vida empresarial.

A través de la palabra, vemos lo que es el caos. Desde el desorden en Génesis 1:2, luego el diluvio, y otros tipos de caos, sociales, económicos, familiares. Y hay varios principios que tú puedes aplicar ante el caos en cualquiera de sus manifestaciones, y que te pueden ayudar a tener la victoria en medio de todo. Hoy te comparto cinco de ellos.

Muchos se detienen pensando en el cómo de su emprendimiento, pero este surge cuando tienes bien definido tu porqué. Parte de tu cómo es la estrategia, tus relaciones y tus acciones y decisiones. Aprende, además, a disfrutar cada etapa del proceso.

Define hoy tu porqué, y asegúrate que sea el correcto; alinéalo con el porqué de Dios. Solo entonces tu para qué tendrá sentido, y el cómo va a aparecer.

Hoy Compartiré con ustedes cuatro principios que todo emprendedor debe saber. Cuatro palabras necesarias para comenzar o tener un negocio exitoso y que te ayudarán avanzar como emprendedor.

No es lo mismo descansar, entretenerte y reposar. El reposo es una conexión divina. Entra en el reposo de Dios.

No fue el sistema el que te llevó a progresar. Cuando prosperes a la manera de Dios, cuídate de depender del sistema. Guarda, además, tus lealtades; y deja la insatisfacción y la ansiedad.

El que prospera de manera ilícita, sabe que tiene de qué cuidarse; y tú, que prosperas a la manera de Dios, es importante que sepas que tienes, también, de qué cuidarte.