La muerte debida
Lee Génesis 5:1–32
El escándalo Watergate de la década de 1970 reveló actividad criminal y abuso sistemático de poder por parte de la administración del Presidente Nixon. Condujo al arresto y condena de 48 personas y a la dimisión del Presidente. También erosionó la confianza pública en la presidencia norteamericana de una manera de la que muchos aún no se han recuperado por completo.
El pecado a menudo tiene consecuencias que perduran durante generaciones. Esto fue especialmente cierto con el pecado de Adán y Eva. Génesis 5 incluye una de varias genealogías en el libro de Génesis. Observa que cada aviso genealógico termina con una sola palabra en hebreo: “y murió”. Ocho veces se repite esta palabra. Cada uno es un recordatorio de que “la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23).
La realidad de la muerte también es un buen recordatorio para nosotros hoy. Mucha gente vive negando la muerte; Actúan como si esta vida fuera lo único que importa. Pero hasta que Jesús regrese, la muerte es una realidad que todos enfrentaremos. Las Escrituras nos recuerdan “a contar nuestros días” (Salmos 90:12). Sin embargo, esta genealogía da esperanza. Los hijos nacen y florecen. Las familias crecen y prosperan. Aunque caídos, los humanos todavía son creados a “semejanza de Dios” (5:1).
Hay una ruptura en el patrón de muerte con Enoc (vv. 21–24). No sabemos mucho acerca de Enoc excepto que “caminó fielmente con Dios” (v. 24). La historia de Enoc nos recuerda que la muerte no tiene por qué ser definitiva ni su dominio sobre la humanidad es absoluta. La muerte está bajo el gobierno soberano de Dios y se hará realidad en la resurrección de Jesús. Después de proclamar la resurrección de Jesús, Pablo celebra: “La muerte ha sido devorada por la victoria” (1 Corintios 15:54). En Cristo encontramos redención del pecado y de la muerte.
- ¿Qué te llama la atención al leer estas genealogías?
- ¿En qué se diferencia la visión cristiana de la muerte de la visión del mundo? ¿Qué impacto tiene eso en la forma en que vivimos hoy?
Ora con nosotros
Si bien podemos temer la agonía de la muerte, como creyentes sabemos que ya ha sido derrotada por el sacrificio de Jesús. Que la brevedad de nuestras vidas en la tierra nos dé un enfoque decidido en servirte a Ti, nuestro Redentor.
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