La desolación de la Justicia
El magistrado Francisco MarÃn Castán ha estado muy acertado al referirse al «desolador» estado del Tribunal Supremo que preside de forma interina. Esta responsabilidad del presidente de la Sala Primera es esperpéntica. No por su gran categorÃa personal y profesional, sino porque es una situación anómala que deberÃa provocar indignación y bochorno. El bloqueo de la renovación del CGPJ no es culpa de uno solo de los dos grandes partidos. El culpar solo al PP es una manipulación habitual de la izquierda polÃtica y mediática. Lo sucedido con el Constitucional no ofrece ninguna garantÃa de independencia y respeto a la Constitución. El dinamitar la separación de poderes, con el único objetivo de asegurar la continuidad de Sánchez, provoca un daño institucional irreversible.