Hoy a mes y medio de que el presidente Felipe Calderón hizo el anuncio del programa de Renovación Vehicular, cuenta con menos de 15 días de operación y materialmente medio centenar de créditos comprometidos.
El anuncio se hizo el 15 de julio, las reglas de operación fueron publicadas el 21 de ese mes, los recursos se liberaron el 3 de agosto y las operaciones formales arrancaron del 13 de este mes. Derivado de ello, hasta ahora se cuentan con mil 500 consumidores registrados y unas cuantas unidades destruidas en las empresas destructoras.
El programa consiste de dos fases, la primera es la inscripción y desarrollo logístico, misma en la que se considera la inscripción de las firmas productoras de automóviles, en donde ya participan General Motors, Nissan, Volkswagen, Chrysler, Ford, Toyota y Honda. En esta misma fase se considera la definición de los procesos que deben seguir las distribuidoras y empresas destructoras.
Una vez más las comparaciones son odiosas, pero mientras que en México los estímulos son de mil 160 dólares (15 mil pesos) para quien destruya su unidad con más de 10 años de antigüedad, en Estados Unidos, es de hasta 4,500 dólares (poco mas de 50 mil pesos) y sin tanta reglamentación.
En EU el plan conocido como “efectivo por tu carcacha”, terminará hoy luego que su éxito amenaza con acabarse los fondos mucho antes de lo esperado.
La administración del presidente Barack Obama inicialmente esperaba que el programa de 3,000 millones de dólares durara hasta el 7 de septiembre. Como dato, México con economía “región 4” sólo destinó 19.3 millones de dólares (algo así como 250 millones de pesos). Mientras acá es sólo para carcachas vendidas desde nuevas en México, en EU sólo tienen que cambiar su vehículo por autos con un uso más eficiente del combustible.
¡Vaya habilidad de Gerardo Ruiz Mateos, secretario de Economía para echar a perder un programa que en esencia es noble aunque sea para ayudar a vender autos a empresas extranjeras (aunque mexicanas en su constitución de sus armadoras)!