Cap. 4: Comunicación Yoica. Hablar con respeto y con calma

¿Estás cansada o cansado de educar? ¿Cuánto tiempo te has dedicado a ti en la última semana o en el último mes?

Hoy reflexionamos sobre la importancia de reservarnos un tiempo para nosotros, para sentirnos bien y educar con calma. A veces el ritmo de la vida y el cuidado de los pequeños no nos deja ni un minuto libre. Más ahora que, con la pandemia, las relaciones sociales se han reducido al máximo.

Con Jesús repasamos algunas señales que nos alertan de que necesitamos tomarnos un respiro. Hablamos del cansancio físico, pero sobre todo del cansancio emocional y cómo ese agotamiento puede llevarnos a perder la paciencia, el humor y la alegría de educar.

¿Te has encontrado en esa situación alguna vez? ¿Qué te funciona a ti?

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Seguimos con la segunda parte sobre "Educar en el esfuerzo" en el que hemos profundizado en las rabietas y frustraciones.

Queremos educar a niños felices, pero también capaces de enfrentarse a las dificultales. Este “educar a lo difícil” supone acompañar y ayudar al niño a recorrer la distancia que lo lleva a ser persona; supone ayudarlo a que vea los escollos de su proyecto vital como algo que aceptar, afrontar y superar para ir adelante como personas.

En este podcast hablamos a través de ejemplos y situaciones cotidianas de cómo podemos ayudarle a que adquiera habilidades y estrategias para que -llegado el momento- pueda afrontar esos problemas o situaciones en los que no conseguimos inmediatamente lo que deseamos y esperamos.

Son claves para educarnos a la tolerancia a nosotros mismos, como padres y madres, y a ellos también.

Un crecimiento en el que podemos enriquecernos y aprender mucho todos los miembro de la familia juntos. Como nos explica Jesús García, se trata de una actitud y, como tal, puede trabajarse y desarrollarse.

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Todos queremos ser padres felices y tener hijos felices, pero... ¿Y cuándo nuestros hijos no ven satisfechos sus deseos?

Cuando un deseo o una ilusión no se cumplen, a causa de la frustración, los adultos -y también los niños-experimentan en mayor o menor medida una serie de emociones como el enfado, la tristeza, la angustia, la ansiedad, etc. Al mismo tiempo, se trata de vivencias personales, por lo que cada uno puede enfrentarse y reaccionar ante estos hechos o eventos de manera diferente.

¿Cómo actuar ante las rabietas y la frustación? Si cedo ahora para que esté contento y tranquilo, estaré ofreciendo una solución momentánea; si, en cambio, le ayudo a tolerar esa frustración estaré poniendo los cimientos de la verdadera felicidad.

"La frustración es un estado transitorio y, por tanto, no permanente: no hay que confundir la tolerancia a la frustración con la tolerancia al fracaso". Jesús García, profesor y educador de padres nos da algunas claves para crear una cultura del esfuerzo y enseñarles a tolerar esa frustación.

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¿Tiene cabida el "NO" en la educación de nuestros hijos? ¿Cómo nos expresamos para evitar expresarnos en negativo y subrayar lo positivo?

Nuestra palabra debe llevar a nuestros hijo e hijas hacia el crecimiento, hacia la plenitud, hacia lo que es verdadero, bueno y bello. Es una palabra de impulso y ayuda. Porque las palabras crean mundos y realidades...Y también en nuestros hijos.

Si, por ejemplo, digo: "nunca aprenderás"; o "siempre estás distraída", esa realidad en mi hija, la "profetizo". Si, en cambio digo:"si te organizas lo conseguirás";...,La cosa es bien distinta, la profecía es la contraria...

Fernando Rielo decía: «El ser humano es una persona finita abierta al infinito». Nuestras palabras pueden lanzar a nuestros hijos al infinito...o no.

Jesús García nos da unos cuantos consejos y expresiones "tipo" para mejorar las palabras que utilizamos.

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Bajamos a lo concreto: ¿cómo poner en marcha una autoridad sin gritos ni castigos? ¿Cómo puedo mantener unos límites y normas sin perder los papeles? Jesús nos explica con ejemplos qué actos restan nuestra autoridad con los hijos y cuáles nos ayudan a reforzarla y mejorar la relación con ellos.

LOS PADRES Y MADRES PERDEMOS AUTORIDAD CUANDO...

- Somos muy permisivos. "Es imposible educar sin intervenir".
- Decimos que "no" pero después cedemos. "El no es innegociable. Sin embargo el dí, sí se puede negociar".
-Perdemos los estribos. "Cada grito, cada ofensa es un punto menos en nuestra autoridad y contribuimos además a minar la autoestima de nuestros hijos".
- No cumplimos las consecuencias de los actos.

GANAMOS AUTORIDAD CUANDO...

- Evitamos decir "no". Con mucha frecuencia lo primero que decimos es "no puedes, no toques, no hagas,...".
- Señalamos la manera de ser útil.
- Manifestamos nuestras expectativas
- Le enseñamos cómo rectificar y le damos opciones.
- Describimos en lugar de juzgar.
- Le mostramos las consecuencias de sus actos. En vez de un castio que supone privación, Jesús García nos propone trabajar con las consecuencias que son más educativas y que le ayudan a entender cuál es el siguiente paso a elegir.

Os invitamos a reflexionar sobre este tema tan interesante y a que nos mandéis vuestras dudas o sugerencias.

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¡Temazo! ¿Qué autoridad ejerces con tu hijo/a? ¿Está en la crisis la autoridad hoy?, ¿Cómo debe ser la autoridad para no convertirse en autoritarismo: "porque lo digo yo"?

Jesús García, profesor, educador y formador de padres y madres, nos explica que “el fin de la autoridad es ayudar a que nuestro hijo crezca”.

La autoridad en el fondo "es un medio, una columna central para ayudar a crecer". Y en este sentido nos preguntamos: ¿en qué ayudan los gritos a que una persona crezca? ¿Tengo autoridad por gritar?

Hoy la autoridad se ha cuestionado mucho, los padres y madres tenemos miedo a herir a nuestros hijos y también a no tener los recursos suficientes. "La autoridad es esencial, sin ella no hay dinámica educacional para el crecimiento", asegura.

Y otro concepto importante: "La autoridad parte de la asimetría, yo tengo una responsabilidad que mi hijo no tiene. Debo educarle me cueste lo que me cueste, pero ¡ojo! Debo merecerme esa autoridad. Y la autoridad no es el poder", explica Jesús.

Os invitamos a reflexionar y a preguntarnos continuamente con qué modelo de persona queremos identificar a nuestro hijo/a y sobre qué valores y normas fundamentamos nuestra educación. Porque norma no es lo mismo que autoridad...

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Estamos muy contentos, hoy resolvemos las primeras dudas de seguidores!!

- ¿Cómo convencer a un niño que debe hacer algo importante cuando él responde "no quiero!"? Forzarlo? Esperar?

- ¿Cómo trabajar la comunicación en familias de padres y madres separados que han establecido una nueva unión?

Jesús nos da varias claves para actuar frente a las rabietas y nos invita a descubrir la pregunta que subyace detrás de estos comportamientos.

También hablamos de la comunicación entre parejas separadas que han creado nuevos vínculos familiares. ¿Cómo llevar adelante la comunicación con los hijos en estas situaciones? Lo más importante es vivir en el acuerdo educativo y establecer un diálogo en torno a cómo actuar con nuestro hijo/a.

¿Quieres hacernos llegar alguna duda tú también?

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En este capítulo también aprovechamos para anunciaros el sorteo que vamos a lanzar en Instagram antes de la Navidad. Participa y llévate dos libros escritos por Jesús: "Porque te quiero, te educo" y "Porque te educo, me arriesgo"!

Hoy nos centramos en una forma de comunicarnos que puede ayudarnos mucho a evitar conflictos y a que tanto nosotros como nuestros hijos e hijas crezcamos en asertividad y responsabilidad. Hoy hablamos de la Comunicación YOICA. ¿Qué es?

Es una manera de expresarnos desde el "yo": "Yo siento, pienso, valoro, etc.," de forma que en lugar de reprochar malas conductas, hacer un juicio de valor o recordarles que están haciendo las cosas mal, enviamos mensajes en primera persona comunicando nuestros sentimientos, opiniones, deseos y preferencias: “Me siento mal”, “Me gustaría que…”, “Opino que…”, “Yo creo que…”, “Os propongo…”

Este tipo de lenguaje favorece la comunicación desde el respeto a la vez que transmite seguridad y firmeza. Además también ayuda a generar confianza y autonomía en nuestros hijos e hijas.

¿Conocías este tipo de comunicación? ¿Te animas a ponerla en práctica? ¡Cuéntanos cómo te va!

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Seguimos hablando de la comunicación con nuestros hijos. Recordamos que la comunicación no es neutra: o es SANA o es TÓXICA, pero nunca es ASÉPTICA.

La comunicación tóxica tiene grados e intensidad. Empieza por leves gritos u calificativos aparentemente inofensivos y poco a poco, tanto nosotros como ellos, nos vamos acostumbrando a ese tipo de toxicidad.

Este capítulo te va a ayudar a reflexionar y a identificar tus puntos fuertes y débiles, analizar en qué momentos te puedes volver un rival de tu hijo o incluso agresivo... Y a prestar más atención a CÓMO dices las cosas, más que a lo que dices en sí.

“En vez de reproches o juicios, busquemos expresiones que les ayuden, que sean precisas, sin ambigüedades y adaptadas a su nivel de comprensión”, nos explica Jesús García.

Si te ha gustado, ¡compártelo! Y ayúdanos a llegar a más padres y madres como tú y como yo.

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¿Cuánto escuchas a tus hijos? ¿Y cuánto te escuchan ellos a ti? ¿Te has fijado si vuestra comunicación se produce mientras hacéis otras mil cosas a la vez?

Hoy nos centramos en la comunicación con nuestros hijos e hijas y en la base de todo que es la ESCUCHA. Un punto clave para construir puentes educativos y duraderos con ellos.

En un acto comunicativo, nadie queda indiferente pero ¿cómo manejar los tiempos si no podemos parar en ese momento a escuchar? ¿Y si tenemos varios hijos, a quién escuchamos primero?

Jesús García, padre, educador y formador de padres y madres nos explica que escuchar es "una actitud TOTAL”. Al escucharles, nuestros hijos e hijas se sienten queridos y valiosos. La comunicación que mantenemos con ellos influye en la construcción de su personalidad y en el modelo educativo que existe en la familia.

“Escuchamos con TODO el cuerpo y si se sienten escuchados, nuestros hijos aprenderán a escuchar también. Es la base de todo”, añade.

¡Cuéntanos qué tal va la comunicación en tu casa! ¿Qué te han parecido nuestros consejos?

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